Este artista austríaco representa una particular visión del Modernismo que ha hecho que muchos lo consideren dentro del ámbito del Simbolismo por los contenidos de sus obras. El ambiente que vivió, estuvo muy influido por la Secesión vienesa.
En 1897 se creó una asociación de artistas de vanguardia opuestos a la academia. En arquitectura, pintura y escultura se exponían los ideales del Modernismo. Klimt estaba a la cabeza de la pintura, hizo murales de cierta envergadura. Creó un taller con su hermano, hacían decoraciones por encargo. La muerte de su hermano en 1893, lo sumió en una depresión que hizo que se apartara durante un tiempo de la pintura. Cuando volvió a pintar encabezó como presidente de la Secesión en 1897.
Klimt también es famoso por representar mujeres desnudas en sus pinturas, siguiendo el criterio del art nouveau, ilustrándolas etéreas y seguras, casi como sirenas rodeadas de flores y oro. A veces, jugaban el papel de arpías. Sus modelos, eran generalmente mujeres que pertenecían a la burguesía vienesa, pero también tenía un séquito de mujeres prostitutas o de vida humilde que le servían de musas. El tema que trata en la mayoría sus cuadros es la sexualidad femenina y el equilibrio con la masculinidad. Tiene pues, influencias neoplatónicas.
Gustav Klimt murió en Viena a causa de un derrame, unos meses antes del colapso del Imperio Austrohúngaro, y fue enterrado en el cementerio vienés de Hietzing, donde sigue hoy. Un número considerable de sus obras fue confiscado por la dictadura nazi. Al avance de las tropas enemigas, y al ver que sus obras se convertirían en botín de guerra, decidieron, por desgracia, quemar el castillo donde estas permanecían confiscadas.
Gustav Klimt murió en Viena a causa de un derrame, unos meses antes del colapso del Imperio Austrohúngaro, y fue enterrado en el cementerio vienés de Hietzing, donde sigue hoy. Un número considerable de sus obras fue confiscado por la dictadura nazi. Al avance de las tropas enemigas, y al ver que sus obras se convertirían en botín de guerra, decidieron, por desgracia, quemar el castillo donde estas permanecían confiscadas.
Klimt escribió: "estoy convencido de que no soy una persona especialmente interesante. No hay nada especial en mí. Soy pintor, alguien que pinta todos los días de la mañana a la noche. Figuras, paisajes; de vez en cuando, retratos. Las palabras, habladas o escritas, no me salen con facilidad, especialmente cuando tengo que decir algo sobre mí mismo o sobre mi trabajo. (...) Si alguien quiere descubrir algo en mí (...) puede contemplar atentamente mis pinturas y tratar de descubrir a través de ellas lo que soy y lo que quiero".
Ahora mismo hay una exposición sobre su obra en la Fundación Juan March. Si Klimt y yo hubiésemos vivido en la misma época, nos hubieramos peleado por las mismas mujeres.
4 comments:
Muy buena la exposición!
siempre te gustaron las tuberculosas
oye! un respeto
Enfermos...
Post a Comment