Llegan tiempos de caló y hay que comprarse unas sandalias. Nada mejó que acompañá a tu hermana pequeña a comprarse unas. Hay mil. Se prueba dos mil. Pero al final todo sale bien y encuentra unas que parece que han hecho a su medida. La gente se estresa mucho comprando. Mi hermana no y yo tampoco ¿para que? Será que soy feliz...
No comments:
Post a Comment